Quería dejar constancia de mi experiencia en primera persona, y no podía esperar más tiempo para deciros que posiblemente sea una de las mejores experiencias de mi vida.
Y pensaréis: " Qué exagerada!", pero realmente es lo que pienso. Nunca había trabajado con personas con discapacidad intelectual, y al principio pensé "No sé si voy a poder, no sé si lo haré bien, no sé si les caeré bien y me harán caso....", ¡estaba tan tan insegura! pero es increíble cómo sólo 10 minutos más tarde de empezar el primer taller... ya me sentía como una más. Los nervios se fueron y dejaron paso a una sensación que normalmente uno no siente cuando habla en público, comodidad.
En todos y cada uno de los talleres me lo he pasado muy bien, y he conocido cantidad de personas encantadoras, empezando por las personas que participaban en el taller y acabando por sus cuidadores, tutores, trabajadores sociales y directores.
Al principio de cada taller siempre pasa lo mismo, te ven y te dicen un HOLA o un COMO TE LLAMAS!. Incluso se acercan, te dan un beso y te dicen GUAPA!. Así da gusto ir a trabajar. Quien no quiere escuchar todos los días cuando entra en su oficina un HOLA!!!!! y que se acompañe de un abrazo??? Ojalá en todos los sitios fuera igual.
Os voy a comentar un poco en qué consiste el taller. Al principio les doy una introducción a la pintura. Es decir, les explico algunas técnicas pictóricas y les enseño los cuadros más famosos y sus pintores más representativos. ¡Ellos muchas veces reconocen los cuadros e incluso a los autores! Intento que participen, aunque sinceramente no es muy difícil ya que en seguida se prestan a participar y a dar su opinión.
También les enseño dibujos de otras personas, no famosas, como de compañeros suyos... y la verdad que es realmente sorprendente que reaccionen 10 veces mejor y les interese 10 veces más el dibujo del compañero que el de los pintores famosos.
Una vez dadas unas nociones muy básicas sobre esas técnicas, procedemos a dibujar. Tienen para elegir: lapices de colores, pinturas de cera, rotuladores, témperas... cada uno elige libremente la técnica, y por supuesto el tema es totalmente personal.
Muchos al principio se sienten muy inseguros y me dicen: " Diana! que yo no sé dibujar!" y yo siempre les digo que por supuesto que saben, cada uno a su estilo y cada uno en su forma. Les intento hacer ver que no hace falta hacer un dibujo perfecto para que algo sea bonito. También les ayudo si hace falta, por supuesto.
Yo la mayoría de las veces me he quedado boquiabierta con los dibujos que hacen. Desde luego a mí no se me ocurren!!! y hacen una mezcla de colores y crean unas armonías increíbles. A veces figurativamente puede que no signifiquen nada, pero solo con el color que le dan... el dibujo ya no necesita nada más.
Me encanta dar estos talleres porque siempre que me voy de alguno, siento que la que ha aprendido algo más soy yo. Ha habido gente que nos ha hecho algún dibujo dedicado como este de nuestro compañero del Centro Ocupacional de Burgos. Nos dedicó con todo su cariño un dibujo a Cristina (la otra monitora) y a mi. Fue un detalle tan bonito...
Espero que os gusten tanto como a mi, o por lo menos que os llegue a transmitir lo que a mi me hacen sentir.
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